LECTURAS ESTIVALES: “EL AÑO DE LA MUERTE DE RICARDO REIS”, DE JOSÉ SARAMAGO.-
CRÍTICA AQUILEANA:
Un libro realmente imperdible, una obra maestra de Saramago que explica su mentado Nobel en 1998. La prosa y la poesía convergen en el mismo seno originario. Para Saramago, la realidad es un pretexto para desplegar el carácter polifacético de una virtualidad real escondida, mucho menos tangencial, más profunda y a la vez, hipertextual y propia. Más allá del mundo: Así crea la realidad José Saramago 🙂
SINOPSIS:
A fines de 1935, cuando acaba de fallecer el poeta portugués, Fernando Pessoa, llega al puerto de Lisboa un barco inglés, Highland Brigade, en el que ha viajado, desde Brasil, Ricardo Reis, uno de los heterónimos del gran poeta portugués. A lo largo de nueve meses cruciales en la historia de Europa, durante los que estalla la guerra civil de España y se produce la intervención italiana en Abisinia, asistimos a la última etapa de la vida de Ricardo Reis, en diálogo con el espíritu de Fernando Pessoa que acude a visitarle, en una despedida que se prolonga hasta su definitiva entrada al Más Allá parnasiano de los poetas que dejan la tierra, pero se vuelven infinitos gracias a su inestimable creación artística.
SELECCIÓN AQUILEANA DE FRASES Y EXTRACTOS DEL LIBRO:
RICARDO REIS DIXIT:
“La palabra le fue dada al hombre para disfrazar el pensamiento”.
“El poeta es un fingidor/ Finge tan completamente
Que hasta finge que es dolor/ El dolor que de veras siente” (Autopsicografía).-
“Sabio es el que se contenta con el espectáculo del mundo”.
COMIENZO DEL LIBRO: “Aquí acaba el mar y empieza la tierra”.
FINAL DEL LIBRO: “Aquí, donde el mar se acabó y la tierra espera”.
DIÁLOGOS ENTRE FERNANDO PESSOA Y RICARDO REIS.
“Quien nos mire, a quién ve, a usted o a mí, Lo ve a usted, o mejor, ve una silueta que no es ni usted ni yo, una suma de nosotros dividida por dos. No, más bien diría que el producto de la multiplicación del uno por el otro, existe esa aritmética. Dos, sean los que sean no se suman, se multiplican. Creced y multiplicaos, dice el precepto”.
“Es difícil para un vivo entender a los muertos, Creo que no es menos difícil para un muerto entender a los vivos, El muerto tiene la ventaja de haber estado vivo, conoce todas las cosas de este mundo y de ése, pero los vivos son incapaces de aprender la cosa fundamental y sacar las consecuencias pertinentes, Qué cosa, Que uno muere, Nosotros, los vivos, sabemos que vamos a morir, No lo saben, nadie lo sabe, como tampoco lo sabía yo cuando vivía, lo que sabemos, eso sí, es que los otros mueren, Como filosofía me parece insignificante, Claro que es insignificante, no sabe usted hasta qué punto es insignificante todo visto desde el lado de la muerte, Pero yo estoy del lado de la vida, Entonces debe saber qué cosas, desde ese lado, son significantes, si las hay, Estar vivo es significante, Mi querido Reis… Un día usted escribió, neofito, no hay muerte, Estaba equivocado, hay muerte, Lo dice ahora porque está muerto, No, lo digo porque estuve vivo, lo digo sobre todo porque nunca más volveré a estar vivo”.
“Todos mis actos, todas mis palabras, continúan vivos, avanzan más allá de la esquina en que me apoyo, los veo marchar, desde este lugar del que no puedo salir, los veo, actos y palabras, y no los puedo enmendar, si fueran expresión de un error, explicar, resumir en un acto solo y en una palabra única que lo expresaran todo por mí, aunque fuese para poner negación en lugar de duda, oscuridad en lugar de penumbra, un no en lugar de un sí, ambos con el mismo significado, y lo peor de todo quizá no sean siquiera las palabras dichas y los actos realizados, lo peor, porque es irremediable definitivamente, es el gesto que no hice, la palabra que no dije, aquello que habría dado sentido a lo hecho y a lo dicho, Si un muerto se inquieta tanto, la muerte no es sosiego, No hay sosiego en el mundo, ni para los muertos, ni para los vivos. Entonces cuál es la diferencia entre unos y otros. La diferencia es una sola, los vivos aún tienen tiempo, pero el mismo tiempo lo va acabando, para decir la palabra, para hacer el gesto. Qué gesto, qué palabra. No sé, se muere de no haberla dicho, se muere de no haberlo hecho, de eso se muere, no de enfermedad, y por eso le cuesta tanto a un muerto aceptar su muerte. Mi querido Fernando Pessoa, usted se ha vuelto loco de tanto leer. Mi querido Ricardo Reis, yo ya ni leo. Dos veces improbable esta conversación, queda registrada como si hubiese ocurrido, no había otra manera de hacerla plausible” .
“También en el interior del cuerpo la tiniebla es profunda, y pese a todo la sangre llega al corazón, el cerebro es ciego y puede ver, es sordo y oye, no tiene manos y alcanza, el hombre, claro está, es el laberinto de sí mismo”.
“La calzada estaba mojada y resbaladiza, los carriles brillaban por la Rua do Alecrim arriba, derechos, quién sabe qué estrella o cometa sostendrán en aquel punto donde en la escuela dicen que se unen las paralelas, en el infinito, muy grande ha de ser el infinito para que tantas cosas, todas, y de todos los tamaños, quepan allá, las líneas rectas paralelas, y las simples, y también las curvas y las líneas cruzadas, los tranvías que por estos raíles suben, y los pasajeros que van en ellos, la luz de los ojos de todos el eco de las palabras, el roce inaudible de los Pensamientos, este silbido dirigido a una ventana, Qué, bajas o no, Aún es temprano, dice una voz allá arriba, qué importa si fue de hombre o de mujer,es igual, volveremos a encontrarla en el infinito”. “Andados o continuados irán a dar, ya se sabe, al mismo punto, o lugar, el infinito, por eso no vale la pena elegir uno, cuando llegue la hora dejemos ese cuidado al azar, que no elige, también lo sabemos se limita a empujar, a su vez lo empujan fuerzas de las que nada sabemos, y si lo supiéramos, qué sabríamos”.
EL TIEMPO:
“No hay respuesta para el tiempo, estamos en él y asistimos, nada más”.
“Tiene el reloj horas tan vacías que, siendo breves, como de todas solemos decir, excepto de aquellas a las que están destinados episodios de significación extensa, conforme antes quedó demostrado, son tan vacías, ésas, que parece como si las agujas se arrastraran infinitamente”.
“El tiempo sea arrastra como una ola lenta y viscosa, una masa de vidrio líquido, en cuya superficie hay miríadas de cabrilleos que ocupan los ojos y distraen el sentido, mientras en la profundidad se trasluce el núcleo rubio e inquietante, motor del movimiento”.
“Se dice que el tiempo no se detiene, que nada para su incesante caminata, y se dice con estas mismas palabras, siempre repetidas, y no obstante, no falta quien se impaciente con su lentitud” .
LOS DIOSES, EL DESTINO Y LA VIDA.
“A los dioses sólo pido que me concedan el no pedirles nada”.
“El destino es el orden supremo, orden al que los dioses aspiran. Y los hombres, cuál es el papel de los hombres. Perturbar el orden, corregir el destino, para mejorarlo, para mejorarlo o para empeorarlo, es igual, lo que hay que hacer es impedir que el destino sea destino”.
“Pero los dioses de Ricardo Reis son otros, silenciosas entidades que nos miran indiferentes, para quienes el bien y el mal no son sino palabras, porque ellos no las dicen nunca, cómo iban a decirlas si no saben siquiera distinguir entre el bien y el mal, yendo como nosotros vamos en el río de las cosas, sólo distintos de ellos porque los llamamos dioses y a veces, creemos en ellos”.
“La vida, cualquier vida, crea sus propios lazos, diferentes en una y otra, establece una inercia que le es intrínseca, incomprensible para quien, desde fuera, críticamente, observa, según leyes suyas, a su vez inaccesibles al entendimiento del observado”.
No tengas nada en las manos
(Ricardo Reis)
No tengas nada en las manos
ni una memoria en el alma,
que cuando un día en tus manos
pongan el óbolo último,
cuando las manos te abran
nada se te caiga de ellas.
¿Qué trono te quieren dar
que Atropos no te lo quite?
¿Qué laurel que no se mustie
en lo arbitrios de Minos?
¿Qué horas que no te conviertan
en la estatura de sombra
que serás cuando de noche,
estés al fin del camino?
Coge las flores, mas déjalas
caer, apenas miradas.
Al sol siéntate. Y abdica
para ser rey de tí mismo.
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UNAMUNO CONTRA EL FRANQUISMO.
“Hay circunstancias en las que callarse es mentir. Acabo de oír el grito necrófilo y sin sentido de “Viva la Muerte”. Esta paradoja bárbara me repugna. El General Millán Astray es un lisiado: no hay descortesía, en esto también lo fue Cervantes. Desgraciadamente, hay hoy en día demasiados lisiados en España. El General Millán Astray podría fijar las bases de una psicología de masas. Un lisiado que no tenga la grandeza espiritual de Cervantes intenta generalmente encontrar consuelo en las mutilaciones que pueda infringir a los otros”.-
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Acabo de leer “El año de la muerte de Ricardo Reis” y me ha entusiasmado.
Está claro que Saramago es un escritor (hay pocos escritores en el mundo, algunos creen que son escritores por el mero hecho de juntar palabras, o sea redactar, pero Saramago no redacta: Saramago escribe).
Si alguien no crea un estilo propio, no es un escritor.
Escritor es sólo aquél que, con leer una página suya sin que se nos haya dicho quién la ha escrito, podemos decir: “Esto lo ha escrito… Saramago”. Sí, con Saramago pasa esto.
Y lo más fantástico del libro es que te hace encontrarte con Fernando Pessoa, ese ser plural y maravilloso, con una personalidad (personalidades: Pessoa en portugués quiere decir persona, o sea, Pessoas = personas) tan fascinante-s.
Lo dicho, “El año de la muerte…” es el mejor libro que he leído en muchísimo tiempo.
Ya lo dijo Saramago: “El hombre, claro está, es el laberinto de sí mismo”.
Excelente libro, una de las lecturas me más me ha marcado en años.
Gracias por el comentario; Emilia. Un gusto tenerte en el blog;
Aquileana 🙂
[…] José Saramago: “El Año de la Muerte de Ricardo Reis”: […]
hola….gracias por tu excelente y atinado comentario del libro “El año de la muerte de Ricardo Reís”; el día de hoy lo terminé de leer y me cautivó la forma de redacción y poesía que se incrusta en la historia.
De hecho, me fascina el estilo de escribir de Saramago, el desdoblar la imaginación y los posibles acontecimientos, en un solo acto, me parece fabuloso y delicioso leerlo….me encanta-…me fascina…..
Es uno de mis libros favoritos, exactamente Saramago cautiva con este texto… Honor de Premio Nobel…
Saludos, Aquileana 😉
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Grazie por el pingback;
Aquileana 🙂