Beatriz Sarlo: “Escenas de la Vida Posmoderna”:
“El Centro Comercial”:
El shopping es un artefacto perfectamente adecuado a la hipótesis del nomadismo contemporáneo: cualquiera que haya usado alguna vez un shopping puede usar otro, en una ciudad diferente y extraña de la que ni siquiera conozca la lengua o las costumbres. Las masas temporariamente nómadas que se mueven según los flujos del turismo, encuentran en el shopping la dulzura del hogar donde se borran los contratiempos de la diferencia y del malentendido.
Después de una travesía por ciudades desconocidas, el shopping es un oasis donde todo marcha exactamente como en casa; del exotismo que deleita al turista hasta agotarlo, se puede encontrar reposo en la familiaridad de espacios que siguen conservando algún atractivo, dado que se sabe que están en el “extranjero”, pero que, al mismo tiempo, son idénticos en todas partes.
Sin shoppings y sin Clubs Mediterranée el turismo de masas sería impensable: ambos proporcionan la seguridad que sólo se siente en la casa propia, sin perder del todo la emoción producida por el hecho de que se la ha dejado atrás.Cuando el espacio extranjero, a fuerza de incomunicación, amenaza como un desierto, el shopping ofrece el paliativo de su familiaridad.
Pero no es esta la única ni la más importante contribución del shopping al nomadismo. Por el contrario, la máquina perfecta del shopping, con su lógica aproximativa, es, en sí misma, un tablero para la deriva desterritorializada. Los puntos de referencia son universales: logotipos, siglas, letras, etiquetas, no requieren que sus intérpretes estén afincados en ninguna cultura previa o distinta de la del mercado. Así, el shopping produce una cultura extraterritorial de la que nadie puede sentirse excluido: incluso los que menos consumen se manejan perfectamente en el shopping e inventan algunos usos no previstos, que la máquina tolera en la medida en que no dilapiden las energías que el shopping administra. Estos visitantes, que la máquina del shopping no contempla pero a quienes tampoco expulsa activamente, son extraterritoriales, y sin embargo la misma extraterritorialidad del shopping los admite en una paradoja curiosa de libertad plebeya. Fiel a la universalidad del mercado, el shopping en principio no excluye.
Su extraterritorialidad tiene ventajas para los más pobres: ellos carecen de una ciudad limpia, segura, con buenos servicios, transitable a todas horas; viven en suburbios de donde el Estado se ha retirado y la pobreza impide que el mercado tome su lugar; soportan la crisis de las sociedades vecinales, el deterioro de las solidaridades comunitarias y el anecdotario cotidiano de la violencia. El shopping es exactamente una realización hiperbólica y condensada de cualidades opuestas y, además, como espacio extraterritorial no exige visados especiales. En la otra punta del arco social, la extraterritorialidad del shopping podría afectar lo que los sectores medios y altos consideran sus derechos; sin embargo, el uso según días y franjas horarias impide la colisión de estas dos pretensiones diferentes. Los pobres van los fines de semana, cuando los menos pobres y los más ricos prefieren estar en otra parte. El mismo espacio cambia con las horas y los días, mostrando esa cualidad transocial que, según algunos, marcaría a fuego el viraje de la posmodernidad.
La extraterritorialidad del shopping fascina también a los muy jóvenes, precisamente por la posibilidad de deriva en el mundo de los significantes mercantiles. Para el fetichismo de las marcas se despliega en el shopping una escenografía riquísima donde, por lo menos en teoría, no puede faltar nada; por el contrario, se necesita un exceso que sorprenda incluso a los entendidos más eruditos. La escenografía ofrece su cara Disneyworld: como en Disneyworld, no falta ningún personaje y cada personaje muestra los atributos de su fama. El shopping es una exposición de todos los objetos soñados.
Ese espacio sin referencias urbanas está repleto de referencias neoculturales, donde los que no saben pueden aprender un know-how que se adquiere en el estar ahí. El mercado, potenciando la libertad de elección (aunque sólo sea de toma de partido imaginaria), educa en saberes que son, por un lado, funcionales a su dinámica, y, por el otro, adecuados a un deseo joven de libertad antiinstitucional.
Sobre el shopping nadie sabe más que los adolescentes, que pueden ejercitar un sentimentalismo antisentimental en el entusiasmo por la exhibición y la libertad de tránsito que se apoya en un desorden controlado.Las marcas y etiquetas que forman el paisaje del shopping reemplazan al elenco de viejos símbolos públicos o religiosos que han entrado en su ocaso. Además, para chicos afiebrados por el high-tech de las computadoras, el shopping ofrece un espacio que parece high-tech aunque, en las versiones de ciudades periféricas, ello sea un efecto estético antes que una cualidad real de funcionamiento. El shopping, por lo demás, combina la plenitud iconográfica de todas las etiquetas con las marcas “artesanales” de algunos productos folk-ecológico-naturistas, completando así la suma de estilos que definen una estética adolescente. Kitsch industrial y compact disc.
La velocidad con que el shopping se impuso en la cultura urbana no recuerda la de ningún otro cambio de costumbres, ni siquiera en este siglo que está marcado por la transitoriedad de la mercancía y la inestabilidad de los valores. Se dirá que el cambio no es fundamental ni puede compararse con otros.
Creo sin embargo que sintetiza rasgos básicos de lo que vendrá o, mejor dicho, de lo que ya está aquí para quedarse: en ciudades que se fracturan y se desintegran, este refugio antiatómico es perfectamente adecuado al tono de una época. Donde las instituciones y la esfera pública ya no pueden construir hitos que se piensan eternos, se erige un monumento que está basado precisamente en la velocidad del flujo mercantil. El shopping presenta el espejo de una crisis del espacio público donde es difícil construir sentidos; y el espejo devuelve una imagen invertida en la que fluye día y noche un ordenado torrente de significantes.-
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Beatriz Sarlo (1942).-
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→Links Post:
http://www.literatura.org/Sarlo/Sarlo.html
http://www.literatura.org/Sarlo/bscentro.html
http://prelectur.stanford.edu/lecturers/sarlo/index.html
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♣16/12/2012: “Lloran Clarín y La Nación”:
“Proyecto de Ley Papel Prensa”:
El texto que cuenta con media sanción en el Congreso define como de “interés público la fabricación, comercialización y distribución de pasta celulosa y de papel para diarios”, además de establecer el marco regulatorio para garantizar la actividad y el acceso al insumo de todos los diarios del país en igualdad de precios. De esta manera se limitan los oligopolios mediáticos-cuya génesis se remonta a la década del `70- en la Argentina.-
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“El shopping presenta el espejo de una crisis del espacio público donde es difícil construir sentidos; y el espejo devuelve una imagen invertida en la que fluye día y noche un ordenado torrente de significantes”.-
Aquileana 😉
Aquileana 8)
(Tweets!!!)…
Muy interesante este artículo sobre los shopping.
La cuestion de la extraterritorialidad es muy provocativa.
Sin duda que son la expresión de un espacio público peeero “en-Ghettado”.
Esta condición pone de manifiesto la supuesta crisis del espacio público habitual , motivada por la falta de seguridad y las dudosas condiciones de salubridad .
En este espacio sin identidad contextual , donde reina el international style de la mano de las firmas icónicas mundiales es posible sentirse “como en casa”· aunque estemos en Paris o en Buenos Aires , en Rosario o en Dallas .
No obstante creo que esta extraterritorialidad esta aparente comodidad , sin duda puesta servicio del comprar , no es gratuita sino a costa de la identidad
regional .
En síntesis no se trata de la socialización de una experiencia , de una democratizacion del espacio público , sino del cercenamiento de la calle como espacio vital comunitario .
Mi mensaje sería “mas Plaza y menos shopping”
” mas calle comercial y menos shopping”.
Salud
Marcelo
[…] Beatriz Sarlo: “Escenas de la Vida Posmoderna”: “El Centro Comercial”.- […]
interesante articulo, no hay duda de eso, un espacio como el shopping es un espacio ideal por el mercado, un reflejo cultural de sociedades posmodernas, donde los signos comerciales otorgan sentido, poseer cual camisa con determinada marca, desterritorializa y territorializa a la ves, para los pobres ir al shopping es integrase a la sociedad, no importa si es a través del consumo, es sentirse parte, pertenecer y compartir un signo, ojala con un cocodrilo en la camisa o un un jugador de polo en la chaqueta. ir al shopping y dejar atras toda esa imagen decadente de barrio, el shopping seduce con sus espejos y sublime belleza con sus flujos de signos, compartir por un fin de semana ese status.
Pablo
Aceptemos que esa integracion “para los pobres” es muy reductiva.
Lo de pertenecer me recuerda aquella publicidad de tarjeta de crédito elitista
Pertenecer tiene su privilegios … en este caso no hay privilegio alguno es por el contrario una sub integracion .. o si querés llamala integración devaluada.
Lo que no entiendo para nada es tu frase
“Dejar atrás toda esa imagen decadente de barrio “…………
El barrio es sitio de pertenencia , en el radica gran parte de la identidad porteña …………….. los cien barrios .
Cierto es que algunos están caídos pero aún emiten ondas de gran potencia.
Marcelo
.
Absolutamente reducida, la relación del mercado y ciudadanía, la relacion mercado y democracia, en nuestro caso la capacidad de nuestra sociedad de cohesión e integracion esta ampliamente sarandeada por el mercado, y no es un problema de los pobre sino que es síntoma abarcante de toda la sociedad, el problema surje en lo público, donde participo, donde comparto, en las instituciones o en el mercado.
Cuál es la posibilidad de elegir, dado que los mecanismo de participación ciudadana excluyen cada ves mas. el mercado explota mucho los signos, sobretodo la moda, el sentido de pertenencia, incluido o excluido, si tienes razon lo de la tarjeta, eres vip si posees la tarjeta dorada, o de color plutonio, etc.
El shopping y el barrio, en algunos casos es un contraste muy fuerte, no se puedo estar equivocado dejare un margen para corrección, el shopping es el sitio ideal de la modernidad donde tu puedes elegir en teoría, todo bien cuidado, brillante, espejos, modelos muy delgadas, limpio, se cree que es un espacio publico pero es un espacio privado cien por ciento, ahora mucha gente va en búsqueda de ese espacio perfecto, consume ropa, cualquiera que sea su tendencia subjetiva, a un costo, total el plástico a unas cuantas letras lo puede todo, en contraste con el barrio y su contingencia cotidiana, depende del lugar, quizás debía haber dicho deteriorado en vez de decadente.
Pablo.
Sugel Dixit:
Ese espacio sin referencias urbanas está repleto de referencias neoculturales, donde los que no saben pueden aprender un know-how que se adquiere en el estar ahí. El mercado, potenciando la libertad de elección (aunque sólo sea de toma de partido imaginaria), educa en saberes que son, por un lado, funcionales a su dinámica, y, por el otro, adecuados a un deseo joven de libertad antiinstitucional. Sobre el shopping nadie sabe más que los adolescentes, que pueden ejercitar un sentimentalismo antisentimental en el entusiasmo por la exhibición y la libertad de tránsito que se apoya en un desorden controlado. Las marcas y etiquetas que forman el paisaje del shopping reemplazan al elenco de viejos símbolos públicos o religiosos que han entrado en su ocaso. Además, para chicos afiebrados por el high-tech de las computadoras, el shopping ofrece un espacio que parece high-tech aunque, en las versiones de ciudades periféricas, ello sea un efecto estético antes que una cualidad real de funcionamiento. El shopping, por lo demás, combina la plenitud iconográfica de todas las etiquetas con las marcas “artesanales” de algunos productos folk-ecológico-naturistas, completando así la suma de estilos que definen una estética adolescente. Kitsch industrial y compact disc…
Andar metido por estas lindes es sumamente atrevido, interesante e instructivo; por ello me permito abrir la ventana de mis cajones líricos e interiorizar, entre pequeños versos, con la espontaneidad que me caracteriza, una curiosa historia, nada pretenciosa, que responda a los pasos que se exponen en el tendido; sin ánimo de profundizar y teorizar con envergadura; dado el tiempo que me acosa.
Me son tan gratas tus andanzas de frescura, que me veo como el arquero, en busca de sus flechas perdidas.
UN AÑO Y UN DÍA
Amé una chica shopping que cuidó de mis penumbras
yaciendo en agonía.
Tenía 40 años y frecuentaba los espejos
como una carrera en estampida
huyendo y huyendo de sí misma,
mas sus ojos ardían de brisa
entre silencios oscuros y amables
escuchando las llamas del rocío
con que la llené de caricias.
Tenía todos los ingredientes
de una chica tonta,
mas su encanto atenuaba
la gravedad de mis avenidas.
Cuidé de su caída
como ángel y demonio
evitando herirla
donde se bloqueaba y no comprendía,
donde sus miedos atenazaban
la libertad que deseaba y temía;
como buena hija de familia
y del mundo vano y pijo
en el que se sentía cómoda y segura
buscando un amor de película,
manejable y tontito.
Así se perdió
en su entrampada telaraña,
incapaz de dar el paso
que exige
cierta valentía.
A veces me decía:
No sé como no me caso contigo.
Perdía la cabeza
pensando
y sabiendo
que yo estaba
en otras orillas.
Era dulce y juguetona,
vanidosa y entrañable,
me quería
mas no se atrevía
a romper
con su maleficio.
Tras un año y un día
desaparecí silenciosamente.
Se lo había advertido:
Lo nuestro está más allá
del amor y amistad
al que nos cuidamos;
mas no lo has entendido.
Me llama de tiempo en tiempo
o nos cruzamos algún que otro mensaje;
y no dejo de seguir viéndola
entre trapitos
bajo el imperio de lo vacuo
entre las faldas del artificio;
lejos de lo que juntos vivimos
acariciando otros márgenes.
Marcaída;
Muchas gracias por colgar tus poemas en el blog…
Saludos, Aquileana 😉
Reblogged this on wwwpalfitness.
Thanks so much for reblogging, dear post! … It is highly appreciated … Love and best wishes. Aquileana 😀
hola tengo que hacer un ensayo sobre este tema pero con mis palabras si me podrian ayudar ya que es para una nota muy importante desde ya muchas gracias
Creo que el texto puede ayudarte… Googleá Modernidad Líquida de Zygmunt Bauman y La Era del Vacío de Lipovetsky… Apuntan en el mismo sentido que Sarlo.
Quizás con eso puedas completar y armar una buena conclusión… Saludos. Aquileana 🌟
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