Umberto Eco: “Apocalípticos e Integrados”:
“Cultura de Masas y Estética Kitsch”:
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Apocalípticos son los que plantean un enfoque pesimista sobre los alcances de la cultura de masas, ya sea desde una postura conservadora o aristocrática, o bien progresista. Entre ellos se encuentran Adorno, Horkheimer. Son aquellos que miran hacia el pasado y se aferran a las antiguas teologías y a los métodos reaccionarios de rechazo para hallar la verdad.
Son integrados aquellos que hacen una interpretación benévola sobre los resultados que provoca la cultura de masas, como el acceso de todos a la cultura, como es el caso de Marshall Mc Luhan.
Eco considera que el error de los integrados es defender al extremo la cultura de masas creyendo que la multiplicación de los productos culturales es buena en sí misma, esto es, carecen de una actitud crítica que considere la posiblidad de buscar nuevas orientaciones.Por otra parte, los apocalípticos confían que es posible proporcionar una cultura que evite el condicionamiento industrial, lo cual sería un evidente reduccionismo.
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Umberto Eco (1932).-
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♣”Los Apocalípticos” (En palabras de Eco):
“Si la cultura es un hecho aristocrático, cultivo celoso, asiduo y solitario de una interioridad refinada que se opone a la vulgaridad de la muchedumbre (Heráclito: «¿Por qué queréis arrastrarme a todas partes oh ignorantes?. Yo no he escrito para vosotros, sino para quien pueda comprenderme. Para mí, uno vale por cien mil, y nada la multitud»), la mera idea de una cultura compartida por todos, producida de modo que se adapte a todos, y elaborada a medida de todos, es un contrasentido monstruoso. La cultura de masas es la anticultura. Y puesto que ésta nace en el momento en que la presencia de las masas en la vida social se convierte en el fenómeno más evidente de un contexto histórico, la «cultura de masas» no es signo de una aberración transitoria y limitada, sino que llega a constituir el signo de una caída irrecuperable, ante la cual el hombre de cultura (último superviviente de la prehistoria, destinado a la extinción) no puede más que expresarse en términos de Apocalipsis”.
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♣”Los Integrados” (En palabras de Eco):
“En contraste, tenemos la reacción optimista del integrado. Dado que la televisión, los periódicos, la radio, el cine, las historietas, la novela popular y el Reader’s Digest ponen hoy en día los bienes culturales a disposición de todos, haciendo amable y liviana la absorción de nociones y la recepción de información, estamos viviendo una época de ampliación del campo cultural, en que se realiza finalmente a un nivel extenso, con el concurso de los mejores, la circulación de un arte y una cultura «popular». Que esta cultura surja de lo bajo o sea confeccionada desde arriba para consumidores indefensos, es un problema que el integrado no se plantea. En parte es así porque, mientras los apocalípticos sobreviven precisamente elaborando teorías sobre la decadencia, los integrados raramente teorizan, sino que prefieren actuar, producir, emitir cotidianamente sus mensajes a todos los niveles. El Apocalipsis es una obsesión del dissenter, la integración es la realidad concreta de aquellos que no disienten. La imagen del Apocalipsis surge de la lectura de textos sobre la cultura de masas; la imagen de la integración emerge de la lectura de textos de la cultura de masas. Pero, ¿hasta qué punto no nos hallamos ante dos vertientes de un mismo problema, y hasta qué punto los textos apocalípticos no representan el producto más sofisticado que se ofrece al consumo de masas? En tal caso, la fórmula «apocalípticos e integrados» no plantearía la oposición entre dos actitudes (y ambos términos no tendrían valor substantivo) sino la predicación de dos adjetivos complementarios, adaptables a los mismos productores de una «crítica popular de la cultura popular»..”
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♣”Cultura de Masas y Estética Kitsch”:
La existencia de una categoría de operadores culturales que producen para las masas, utilizando en realidad a las masas para fines de propio lucro en lugar de ofrecerles realizaciones de experiencia crítica, es un hecho evidente. Y la operación cultural debe enjuiciarse de acuerdo con las intenciones que exterioriza y por la forma en que estructura sus mensajes. Pero, al juzgar estos fenómenos, el apocalíptico (que nos ayuda a hacerlo), debe siempre oponer la única decisión que él no acepta, la misma que Marx oponía a los teóricos de la masa: «Si el hombre es formado por las circunstancias, las circunstancias deben volverse humanas».
Aquello que, por el contrario, se reprocha al apocalíptico es no intentar nunca, en realidad, un estudio concreto de los productos y de las formas en que verdaderamente son consumidos. El apocalíptico, no sólo reduce los consumidores a aquel fetiche indiferenciado que es el hombre masa, sino que -mientras le acusa de reducir todo producto artístico, aun el más válido, a puro fetiche- él mismo reduce a fetiche el producto de masa. Y en lugar de analizarlo caso por caso para hacer que emerjan sus características estructurales, lo niega en bloque. Cuando lo analiza, traiciona una extraña propensión emotiva y manifiesta un complejo no resuelto de amor-odio, hasta tal punto que surge la sospecha de que la primera y más ilustre víctima del producto de masas sea el propio crítico…
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♣A modo enunciativo, el estilo Kitsch:
1. Toma procedimientos de la vanguardia artística, esto es, de las expresiones artísticas más innovadoras, y los “adapta” a un nivel accesible a las grandes masas. Esto es que, simplifica y superficializa la manifestación artística para ampliar las audiencias.
2. Tales procedimientos son empleados solo cuando las vanguardias se han difundido lo sufienciente hasta ser aceptadas (es decir, cuando dejaron de ser innovadoras), de esta forma, se evita el riesgo de rechazo.
3. Busca siempre un efecto inmediato y fácil, para lo cual, apela a los lugares comunes, ésto es imágenes y palabras de reconocida efectividad. De esta forma, recurre a la redundancia, insistiendo con un mismo recurso.
4. Pretende engañar al consumidor pasando tales productos por manifestaciones artísticas genuinas, cuando en realidad, solo se trata de versiones vulgarizadas.
5. Como el consumidor cree haber accedido a la cultura, el kitsch cumple una función “paliativa” que desvía el interés por otro tipo de inquietudes.
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♣”Last But Not Least”:
“Milan Kundera Sobre el Kitsch”:
“El Kitsch, el cual, significativamente, es una cría de la era burguesa, apareció precisamente cuando el mundo entró en una época en donde el contenido intelectual converge con la apariencia de esta época, es decir, la era de la maquina”.
“La función especial del kitsch es apropiarse de la vieja misión del arte: ser la expresión manifiesta de una época”.
“La esencia del Kitsch es la confusión de lo ético y lo estético, el kitsch no quiere producir lo ‘bueno’ sino lo ‘bello’”.
“La novela Kitsch describe al mundo no como realmente es sino como espera que sea y como tema que sea”.
“El Kitsch en la música depende exclusivamente del efecto”.
“El Kitsch es el ideal estético de todos los políticos”.
“El Kitsch debe volver a los métodos más primitivos, precisamente porque carece de toda imaginación propia”.
“Toda época de desintegración de valores fue también una época de Kitsch”.-
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Links Post:
http://comunicacion.idoneos.com/index.php/336369
http://www.enfocarte.com/7.31/eco.html
http://lapipademagritte.blogspot.com/2010/05/arte-autentico-arte-mecanico-gabriel.html
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“Al @$#% con las Meninas”:
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Gracias por dejar tu “I like it” en este post, Viva…
Aquileana 8)
DIALÉCTICA DEL ILUMINISMO
Max Horkheimer & Theodor Adorno
(1944)
https://aquileana.wordpress.com/2007/08/16/concepto-de-iluminismo/
Concepto de Iluminismo.-
El Iluminismo, en el sentido más amplio de pensamiento en continuo progreso, ha perseguido siempre el objetivo de quitar el miedo a los hombres y de convertirlos en amos.
El programa del iluminismo consistía en liberar al mundo de la magia. Se proponía, mediante la ciencia, disolver los mitos y confutar la imaginación.
La aporía ante la que nos encontramos frente a nuestro trabajo se reveló así como el primer objetivo de nuestro estudio: la autodestrucción del iluminismo.
Así como el iluminismo expresa el movimiento real de la sociedad burguesa en general bajo la especie de sus ideas, encarnadas en personas e instituciones, del mismo modo la verdad no es sólo la conciencia racional sino también su configuración en la realidad
La condena natural de los hombres es hoy inseparable del progreso social. El aumento de la producción económica que engendra por un lado las condiciones para un mundo más justo, procura por otro lado al aparato técnico y a los grupos sociales que disponen de él una inmensa superioridad sobre el resto de la población. El individuo se ve reducido a cero frente a las potencias económicas.
El mito perece en el iluminismo y la naturaleza en la pura objetividad. Los hombres pagan el acrecentamiento de su poder con el extrañamiento de aquello sobre lo cual lo ejercitan. El iluminismo se relaciona con las cosas como el dictador con los hombres, pues el dictador sabe cuál es la medida en que puede manipular a éstos.
La “inflexible fe en la posibilidad de dominar el mundo”, que Freud atribuye anacrónicamente a la magia, corresponde sólo al dominio del mundo según el principio de realidad por obra de la ciencia. Identificando por anticipado el mundo matematizado hasta el fondo con la verdad, el iluminismo cree impedir con seguridad el retorno del mito.
El iluminismo experimenta un horror mítico por el mito. Y advierte la presencia del mito no sólo en conceptos o términos confusos, como cree la crítica semántica, sino en toda expresión humana en cuanto ésta no tenga un puesto en el cuadro teleológico de la autoconservación.
Desde la expansión de la economía mercantil burguesa, el oscuro horizonte del mito es aclarado por el sol de la ratio calculante, bajo cuyos gélidos rayos maduran los brotes de la nueva barbarie. Pero, la condena de la superstición ha significado siempre, junto con el progreso del dominio, también el desenmascaramiento de éste. El iluminismo es más que iluminismo; la naturaleza se hace oír en su extrañamiento…
DIALÉCTICA DEL ILUMINISMO
Max Horkheimer & Theodor Adorno
(1944)
https://aquileana.wordpress.com/2007/08/16/la-industria-cultural/
La Industria Cultural. Iluminismo como mistificación de masas.
“La vida en el capitalismo tardío es un rito permanente de iniciación. Cada uno debe demostrar que se identifica sin residuos con el poder por el que es golpeado”.
La unidad visible de macrocosmo y microcosmo ilustra a los hombres sobre el esquema de su civilización: la falsa identidad de universal y particular. Cada civilización de masas en un sistema de economía concentrada es idéntica y su esqueleto -la armadura conceptual fabricada por el sistema- comienza a delinearse. Film y radio no tienen ya más necesidad de hacerse pasar por arte. La verdad de que no son más que negocios les sirve de ideología, que debería legitimar los rechazos que practican deliberadamente.
La racionalidad técnica es hoy la racionalidad del dominio mismo. Es el carácter forzado de la sociedad alienada de sí misma. Automóviles y films mantienen unido el conjunto hasta que sus elementos niveladores repercuten sobre la injusticia misma a la que servían. Por el momento la técnica de la industria cultural ha llegado sólo a la igualación y a la producción en serie, sacrificando aquello por lo cual la lógica de la obra se distinguía de la del sistema social. Pero ello no es causa de una ley de desarrollo de la técnica en cuanto tal, sino de su función en la economía actual. La necesidad que podría acaso escapar al control central es reprimida ya por el control de la conciencia individual.
La eterna repetición de lo mismo regula también la relación con el pasado. No es cosa extrínseca al sistema el hecho de que sus innovaciones típicas consistan siempre y únicamente en mejoramientos de la reproducción en masa. La cultura es una mercancía paradójica. Se halla hasta tal punto sujeta a la ley del intercambio que ya ni siquiera es intercambiada; se resuelve tan ciegamente en el uso que no es posible utilizarla.
El placer de la violencia hecha al personaje se convierte en violencia contra el espectador, la diversión se convierte en tensión. Al ojo fatigado no debe escapar nada que los expertos hayan elegido como estimulante, no hay que mostrar jamás asombro ante la astucia de la representación, hay que manifestar siempre esa rapidez en la reacción que el tema expone y recomienda. Tal es el secreto de la sublimación estética: representar el cumplimiento a través de su misma negación. La industria cultural no sublima, sino que reprime y sofoca.
La fusión actual de cultura y distracción no se cumple sólo como depravación de la cultura, sino también como espiritualización forzada de la distracción, lo cual es evidente ya en el hecho de que se asiste a ella casi exclusivamente como reproducción. si a veces el público se rebela contra la industria de la diversión, se trata sólo de la pasividad -vuelta coherente- a la que ésta lo ha habituado. No obstante, la tarea de mantener a la expectativa se ha convertido cada vez en más difícil. La estupidización progresiva debe marchar al mismo paso que el progreso de la inteligencia. En la industria cultural el individuo es ilusorio no sólo por la igualación de sus técnicas de producción. El individuo es tolerado sólo en cuanto su identidad sin reservas con lo universal se halla fuera de toda duda.
Las diferencias de valor preestablecidas por la industria cultural no tienen nada que ver con diferencias objetivas, con el significado de los productos. También los medios técnicos tienden a una creciente uniformidad recíproca. La industria cultural trata de la misma forma al todo y a las partes. La llamada idea general es un mapa catastral y crea un orden, pero ninguna conexión. Privados de oposición y de conexión, el todo y los detalles poseen los mismos rasgos. Su armonía garantizada desde el comienzo es la caricatura de aquella otra -conquistada- de la obra maestra burguesa.
Aquileana 😉
De nada, 😉 interesante artículo
Los dos paradigmas, apocalípticos e integrados, son inútiles, son psicologías que no dan cuenta que podemos estar de acuerdo sin necesidad de ser uniformes, tenemos acuerdos casi globales, como principios de moralidad básica, así como ejemplos mucho más automáticos, como son las reglas de comunicación, acuerdos que extendemos para poder entendernos entre nosotros; estos son acuerdos importantes que responden no solo a la necesidad de ser individuos afirmados dentro de sociedad, sino de compartir y conocer, e ir mucho más allá, como tener voluntad política, social, económica, etc. y todo en comunidad pero sin destruir autonomía, esa es la lección que más directamente nos ha dado la globalización, maldito termino, especialmente con la crisis actual del sistema capitalista neoliberal.
Estimado;
Bueno lo axiológico pasa por cada uno. Eco plantea una dicotomía para esbozar categorías de análisis…
Por otra parte, es menester recordar que la obra de Eco en cuestión data de 1965, con lo cual dichas variables remiten a otra coyuntura histórico/social y económica, rebatible desde el hic et nunc del neoliberalismo del S. XXI…
Saludos, gracias por el comentario;
Aquileana 8)
Estimada Aquileana;
Rebatible desde el punto de vista neoliberal (si se quiere separar al neoliberalismo del capitalismo de los 60s, lo cual no me parece prudente) pero no del capitalismo occidental que ha tenido diferentes crisis desde hace siglos. La destrucción de la cultura individual es imposible, incluso en los regímenes más totalitarios, la queja que veo viable va en contra del capitalismo y su cultura de vender mierda simplemente porque es rentable, pero en un mundo globalizado donde el capital no sea una herramienta de dominación, no veo porque habría de existir una cultura uniforme, esta tierra es inmensa, nuestras experiencias difieren muchísimo, y la creatividad humana nunca se va a extinguir.
Saludos,
Alföðr 🙂
Te recomiendo Memoria de la Comunicación de Héctor Schmucler, conjunto de textos de este interesante pensador argentino tan ligado conceptualmente a intelectuales como Mattelart, es un libro que desde 1998 aún no termino de leer, pero el haberlo leído antes de estos weblogs y technocomunicación me permiten estar de acuerdo y ratificar todo aquello que el semiólogo allí expresa, su reivindicación de Heidegger y su firme idea de resistencia a estas maquinitas que 13 años después tanto nos entretienen y dominan. Eco explicaba que la mejor opción era integrarse, confirmado luego por Gates, Jobs, Torvalds y Stallman, el problema es que todo llevaba a Facebook y solo Schmucler parece haberlo notado. Saludos y buen terrible año de 2012, Aquileana. El coeficiente intelectual de Binet es un error estadístico que nos bajan la performance luego de cumplidos los 140 años sobre el planeta.
Feliz fin de año.
Busco alguna palabra griega o latina que empiece con H y signifique venganza.
Gracias.
[…] La información es omnipresente. Está en todos lados y nos invita a “generar” mayor información y “tráfico”. El desarrollo del internet ha sido fundamental para este salto. Hecho que para algunos analistas es bueno y que para otros significa el fin de los tiempos (Umberto Eco hace un análisis al respecto en “Apocalípticos e integrados”) […]
Gracias por enlazarme 😉
Aquileana 🙂
[…] aspectos de la cultura. Discusión que Umberto Eco sintetizó brillantemente con la fórmula Apocalípticos frente a integrados. Es evidente que, en el sistema educativo argentino, dicha discusión, aun no se ha […]
Gracias por enlazarme… Tu artículo es muy bueno por cierto…
Aquileana 😉
[…] algunos años, Umberto Eco recibió un encargo del Museo del Louvre para montar una exposición sobre lo que mejor le […]
Muchas gracias por la remisión y el respectivo enlace…
Saludos, Aquileana 🙂
Excelente blog por tus contenidos sobre U. Eco y “Apocalípticos e Integrados”, felicitaciones y también todo el resto del papiro. Fue una agradable lectura y estaré pendiente en el futuro, Gracias. Domingo Sánchez Bor
Muchas gracias; Domingo por tus palabras…
Será un gusto contar con nuevas visitas tuyas en el futuro;
Saludos!;
Aquileana 😉
[…] Apocalípticos e Integrados de Umberto Eco […]
Excelente artículo. Gracias
Un artículo muy interesante. Gracias Aquileana! Me ha sorprendido lo completo del post. Me gustaría añadir otra definición al concepto de Kitsch obtenido del citado Milan Kundera en una de sus obras más importantes: “La insoportable levedad del ser”:
“En el trasfondo de toda fe, religiosa o política, está el primer capítulo del Génesis, del que se desprende que el mundo fue creado correctamente… A esta fe la llamamos acuerdo categórico del ser… El desacuerdo con la mierda es metafísico. El momento de la defecación es una demostración cotidiana de lo inaceptable de la creación. Una de dos o la mierda es aceptable (¡Y entonces no cerremos la puerta del baño!), o hemos sido creados de forma inaceptable.
De esta forma se desprende que el ideal estético del acuerdo categórico con el ser es un mundo donde la mierda es negada y todos se comportan como si no existiese. Este ideal estético es el Kitsch… Kitsch es la negación absoluta de la mierda; en sentido literal y figurativo. El Kitsch elimina desde su punto de vista todo lo que en la existencia humana pudiera considerarse inaceptable”.
Si quieres saber algo más de esta magnífica obra: http://wp.me/p379zh-6h
Gracias de nuevo!!
Gracias por el comentario y por agregar la definición de Milan KUndera, es tan visceral como categórica, como te sugería en el post de La Insoportable Levedad del Ser al que remitías arriba…
Agrego el tweet de la entrada alusiva en tu blog para enlazar con tu post, en el que asociás el libro Seis Personajes en busca de un autor con La Insoportable Levedad del Ser, comparación que me parece te decía se apoya fundamentalmente en una sensación de sinssentido, de nausée sartreana, de vida mundana y “Kitsch”, para usar la terminología de Kundera.
Incluyo además el enlace para descargar “Seis Personajes en busca de un autor”. ¡Hago lo mismo con los tweets en tu post !
Muchos saludos Aquileana 😉
Ya fuere por conservador ya por progresista (bueno, el progreso es ciclo entonces adentro del huevo evolucionario no hay avances y la revolución gira incansable y circularmente sobre sí misma) me toca axiológicamente ser tan pesimista como realista apocalíptico donde veo cansancio cultural y declive la cultura de los mass media se disuelve en artefactos de repetir las historias personales de los que no haciendo nada se enamoran y se divorcian para que Big Brother siga siendo invisible. Disiento ergo sum y mientras solo disiento el campo cultural se sigue estrechando: en el cine, en el Opera City, en la murga, en los conciertos de AC/DC, en la discoteca y en los museos como la biblioteca Bush que no tienen libros solo material fílmico… el horror vacui nos alcanza y pronto nos devorará como Cronos a sus niñitos en él envueltos… y en su iglesia del videojuego Deus Ex año 2027 (miles de millones de líneas de código C/C++ para hiponarcotizar y suavizar la fealdad del mundo).
Respecto de si los opuestos apocalíptico/integrado se complementan también disiento, esa es más una tarea del semiólogo Eco para vender sus buenos, refinados y sofisticados libros.
http://kodesubstanz.wordpress.com/2013/04/25/descalificacion-del-sistema-limbico-reptiliano/
El coeficiente intelectual de Binet es un error estadístico que nos baja la performance luego de cumplidos los 140 años sobre el planeta. Lo dijo Macbeth (y al servicio de Duncan).
Excelente e ilustradísima entrada Señora del hipertexto Mía.
[…] En resumen, la visión aquí presentada no pretende ser apocalíptica, en el sentido expuesto por Humberto Eco hace años sobre la cultura de masas. Aquí, como en muchos otros casos la cuestión no es blanco o […]
[…] los monos repetidores, el rebaño de borregos, el hombre-masa de Ortega y Gasset o los integrados de Umberto Eco […]
[…] no ser apocalíptica, pero temo que quienes han integrado mejor las tecnologías (Umberto Eco in memoriam) acaben desintegrados. Y una persona desintegrada (cuyas partes no se hallan integradas […]
[…] Apocalípticos e Integrados de Umberto Eco […]
[…] AQUILEANA. Umberto Eco: “Apocalípticos e Integrados. https://aquileana.wordpress.com/2011/12/13/umberto-eco-apocalipticos-e-integrados/ (consulta: 13 diciembre, […]