Nomos y Logos.-
Aristóteles distingue las cosas relacionadas por el nombre y el logos a través del cual estas cosas aparecen designadas. Este logos es el concepto de las mismas, y por tanto su definición (porque la definición representa al concepto, que no es ni verdadero ni falso). Si los nombres se consideran como enteramente extraños a las cosas, parece evidente que no cabe hablar de un enfoque lingüístico-inmanente del libro de las Categorías; pero otra cosa será si los nombres a través de los cuales se establecen las relaciones de homonimia, sinonimia o paranomasia no son extrínsecos a la cosa, sino que son nombres asumidos según suposición formal, y, por tanto, según el concepto de las cosas significadas, sustancias o entidades. Aristóteles se sitúa en la perspectiva de una ontología antrópica, que considera las cosas, pero no tomadas en una supuesta realidad absoluta, sino tal y como son delimitadas a escala de los sujetos operatorios que las conceptualizan. Y es aquí en donde el nombre (el significante) alcanza todo su valor, porque deja de ser un mero nombre en suposición material (ya sea a título de signo-mención, ya sea a título de signo-patrón, que corresponde a la «imagen acústica» de Saussure) para convertirse en una voz significativa, es decir, en un nombre tomado en suposición formal; por tanto, involucrando al concepto de la cosa por él aludida. Aristóteles, en conclusión, al definir los parónimos, está refiriéndose a cosas que, a través de su conceptualización (expresada en la denominación semántica) tienen ante sí «alguna conexión ontológica» . Más aún: cuando Candel traduce ousia por entidad, en lugar de la traducción habitual por sustancia («…el correspondiente enunciado de la entidad es distinto…»), desbarata toda la doctrina de Aristóteles sobre la predicación, escogiendo además un término (entidad) que también se aplica a los accidentes. Las “cosas” de las que habla Aristóteles no tendrán por qué interpretarse como sustancias, en el sentido metafísico, pero sí podrán interpretarse como sustancias en el sentido actualista, es decir, como sustancias o invariantes sustanciales (no esenciales) referidas a las cosas «del mundo de los fenómenos», ya conceptualizados (delimitados, ocupando un lugar en el sistema de las cosas) por un sujeto operatorio que identifica y fija ese concepto intersubjetivamente mediante un símbolo o nombre.-
Link: http://www.nodulo.org/ec/2007/n067p02.htm
> BLOGÓSFERA: “LA MUERTE GEOMÉTRICA DE SÓCRATES”:
>¿QUÉ ES LA PROSODIA”?.-
La prosodia constituye la infraestructura rítmica de la lengua hablada, su organización en el tiempo, y contribuye a facilitarle al hablante la retención de ciertos segmentos en la memoria. La prosodia está formada por una serie de parámetros que el hablante no percibe discriminadamente, sino como un todo. Ese todo le confiere también una totalidad de significados, que se perciben como un conjunto, pero que podemos discriminar en el análisis.
Quilis define el grupo de entonación como “la porción de discurso comprendida entre dos pausas, entre pausa e inflexión del fundamental, entre inflexión del fundamental y pausa, o entre dos inflexiones del fundamental, que configura una unidad sintáctica más o menos larga o compleja (sintagma, cláusula, oración).
En la teoría de Hjelmslev, la sustancia es la materia o el sentido, cuando son tomados a su cargo por la forma semiótica con vistas a la significación. Materia y sentido son sólamente “soportes” de la significación .-
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MUY BUENO ESTE POST DE LISIS. LO RECOMIENDO. AQUILEANA 🙂
Está padre su tema. Gracias por estar al tanto de la filosofía.
De nada, Marcelo…
Saludos, Aquileana 😉
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