Leopoldo Marechal:
“El Banquete de Severo Arcángelo”:
Reseña:
(Con extractos del Prólogo a la edición consultada de G. Maturo).
“Si lo Extraordinario parece hoy inaccesible a la criatura humna es porque la criatura humana se ha venido apretando en horizontes mentales cada vez más estrechos, y porque la zona cortical de su alma se ha soldificado en un cascarón infranqueable”. (Ibd. Marechal, Leopoldo. “El Banquete de Severo Arcángelo”).-
“El Banquete de Severo Arcángelo” de Leopoldo Marechal es una novela perfecta por su género e intencionalidad: se revela como obra de meditación espiritual y contendido histórico a la luz de la teología cristiana. El autor coloca una fecha puntual al inicio de su libro: Hoy es 14 de abril de 1963… como signo de un voluntarismo histórico que explica la gestación de la obra sin limitarla, no obstante, a esa época. En estas circunstancias surge “El Banquete de Severo Arcángelo”. Marechal expone en la misma su filiación personal peronista, insertándolo en un contexto aún más amplio: el tránsito de su pueblo hacia la redención histórica, reafirmando siucondición de cristiano militante. Sin embargo, afirmarse en la escatología judeocristiana no significa para él renegar de su formación clásica, sino todo lo contrario. “El Banquete de Severo Arcángelo” sigue la línea directriz de Cervantes, que instala definitivamente el juego ficcional sobre el entramado de realismo histórico, y traslada lo épico a la cotidianeidad. Si es posible hallar un modelo de estas páginas en Cervantes, no lo es menos en los Diálogos de Platón, por demás leídos por Marechal. El autor aplica el método de la recapitulatio o enlace de imágenes que es típico de la literatura apocalíptica. Su tendencia a la alegoría y concretización de los procesos espirituales lo lleva a enlazar narrativamente instancias que en sí mismas son parábolas. También se notan influencias de la novela de aventuras, e incluso de la policial. La noción anglosajona de “suspense” es aquí aplicable a la historia real, cuyo profetizado desenlace no se ha cumplido aún. Por ello la novela queda abierta, sin centrar su mensaje en el término de los operativos descriptos; por el contrario, pone el acento en los preparativos de un banquete simbólico, que, en si mismos implican la reconstrucción del hombre y de la nación. Todo es una gran víspera, se dice… Desde el punto de vista narrativo, el autor se vale de la técnica del relato enmarcado, presentando la historia de Farías, contada por el personaje Leopoldo Marechal, quien será el editor de la historia narrada por Lisandro. Prólogo-dedicatoria y epílogo enmarcan equilibradamente la historia, dándole a Marechal- editor un papel módico.
En su lecho de muerte, y un Jueves Santo, Lisandro Farías siente la necesidad de exponer los aspectos fundamentales de su vida: quién soy y por qué me dejé ganar por las empresas del Viejo Cíclope. Nos será dado asistir al periplo de conversión y participación en un plan salvífico, vivido por un héroe de textura innegablemente autobiográfica y arquetípica como lo es Lisandro Farías, de nombre familiar en Marechal. Lisandro, personaje de “Antígona Vélez”, Farías el domador, hombre de la llanura. Su trayecto, conversión, e iluminación es el eje narrativo de la obra. Completará su viaje, que incluye un paso por zonas infernales, en el acceso a la Zona Vedada, donde el hermano Pedro lo insertará en una cruz pintada en la pared. Severo Arcángelo es quien convoca el banquete. Operativo de intranautas que reúne a treinta y tres comensales. Número simbólico que sustituye a los ciento cuarenta y cuatro elegidos del Apocalipsis: son los constructores del Arca de Noé, los que han de salvarse en el tiempo de la inundación. La personalidad de Fundidor o Metalúrgico de Avellaneda queda ratificada por las alusiones mitológicas: es llamado Vulcano en Pantuflas, Pelasgo sobreviviente; lleva en su sangre a los endemoniados cabiros de Grecia, y se vincula de diversos modos con la Arcadia, con la guerra en el sentido simbólico, y con la alquimia, pues se propone la transformación de Carbono en Diamante. Los aspectos más fuertemente expositivos del libro quedan en gran parte a su cargo, lo que se evidencia en los tres monólogos de Severo Arcángelo. Tocado por una especie de locura mesiánica ajena la violencia, su mensaje se multiplica por otros personajes: el hermano Jonás y el hermano Pedro, fundamentalmente. Si bien los alcances y el tema de la novela son realistas, se trata de una épica cómica y paródica El relato es llevado con humor y con exageración parabólico/escénica por Marechal. Enlaza espacios míticos como la Casa Grande, o el Centro Mítico del Tuyú, con las instancias de un accionar espiritual, que incluye diversas peripecias: los sucesivos Concilios en que se explica la situación de los personajes en tiempo y espacio; el Operativo Cybeles, la vuelta a la heredad perdida: La Cuesta del Agua, la recuperación del nivel corporal o terreno; la restauración del vestido o la túnica del alma, figura neoplatónica que designa el retorno al Origen; la crucifixión, operación final del perfeccionamiento humano. A un hombre bien crucificado le queda tan sólo un movimiento posible: el de su cabeza en la vertical de la exaltación. El Gracioso Embudo es la Síntesis es el acceso a la develación de los enigmas a través del sentido de la cruz. Hacia el final, Marechal-editor retoma la palabra, luego de haber recibido el detallado testimonio de Lisandro. Él mismo considera que el mensaje debe ser transmitido por su propia salvación, hecho que nos coloca una vez más ante la reafirmación marechaliana, cristiana en esencia de la literatura como verdad… Debemos destacar que Marechal nos va entregando claves de lectura del libro. ¿No se intentaría en el Banquete un formidable juego de símbolos?. Y, en efecto, el autor nos propone sucesivas definiciones de símbolo, e indicaciones sobre la relación del texto con la historia real que el lector aprecia. Marechal hace una profunda crítica reveladora de las aporías de la propia civilización, el desarrollo unilateral de la técnica, la trivilización de la cultura. Robot pasa a ser el símbolo de la vida mecanizada. Colofón, hombre final, es el último representante de una civilización suicida, la contraimagen de Adán. Los hombres dormidos de la Vida Ordinaria habrán de despertar a una condición auténticamente humana para pasar a colocarse en camino de su salvación individual y también de la redención colectiva… Ello comportaría la construcción de la Ciudad Cúbica, Philadelphia, en sustitución de Cacodelphia, ciudad, país, mundo degradado, visualizado en Adán Buenosayres. Sólo una operación redentora de intranautas podría dar la clave de la salvación. Y es para Marechal la Argentina, la tierra postrera signada.-
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Leopoldo Marechal (1900/1970).-_____________________________________________________________________________
Frases de “El Banquete de Severo Arcángelo” :
“Es como si de pronto lo arrancasen a uno de las contingencias del siglo, para llevarlo a ciertas fuentes olvidadas, en un regreso matinal”.
“El Hombre de Oro no sería otro que Severo Arcángelo, allí presente, amenazador y soberbio como un falso ídolo. A favor de aquella luz, mi encadenamiento lógico fue muy simple; lo que había embarcado al Metalúrgico de Avellaneda en aquel Banquete descomunal era una pavorosa locura mesiánica”…
“Conseguimos la Tristeza de la Parodia… Si el Retorno a la Simple Bestialidad ha de ser voluntario, yo lo definiría como autodegradación y automortificación”.
“Muchos y encontrados eran los pensamientos que se debatían en mí cuando abandoné el sanctum sanctorum del Fundidor de Avellaneda. Si por un lado me indignaba el alarde bufonesco de que yo había sido víctima reciente, por el otro dejaba de sospechar una Razón Inteligible (ya caso tenebrosa) escondida en la urdidumbre interna de la farsa“…
“El Tiempo Real es una sucesión de gesticulaciones cualitativas”.
“Y he de transmitirle dos consignas fundamentales. Primera: usted no ha de manifestar ningún asombro, pues el asombro y el miedo son dos frutos de la ignorancia. Segunda: Usted no formulará preguntas, ya que la pregunta es el eructo de la Inteligencia”.
-¡Gog!- le dijo entonces un Magog dolorido-. ¡Te juego a quién tiene más ganas de llorar!.
-¡Pago!- volvió a retrucarle Gog con flema de un apostador nato.
“Yo que usted pondría en la olla de Ántrax a los dos clowns y los dejaría cocinar más tiempo… ¿O cree usted que, sin poseer una buena dentadura, se puede morder la cáscara de los símbolos?”.
“Toda empresa, divina o humna a, se ha realizado siempre y se realiza entre un polo afirmativo y un polo negativo. Así lo vislumbró el gran Empédocles… Severo Arcángelo, al concebir su Banquete no podía ignorar esa ley necesaria. Y oficializó la contra en dos payasos de mala muerte (Gog y Magog). Ahí está el simbolismo de los dos clowns”.
“Más adelante y en la Cuesta del Agua, me hicieron entender la energía viviente de los símbolos… Porque hay símbolos que ríen y símbolos que lloran. Hay símbolos que muerden como perros furiosos o patean como redomones, y símbolos que se abren como frutas y destilan leche y miel. Y hay símbolos que aguardan, como bombas de tiempo junto a las cuales pasa uno sin desconfiar, y que revientan de súbito, pese a su hora exacta. Y hay símbolos que se nos ofrecen como trampolines flexibles, para el salto del alma voladora”…
“La base del Operativo de la Cuesta del Agua era la vocación natural del hombre por la felicidad, revelada en sus búsquedas repugnantes o sublimes. La Cuesta del Agua, con su terrible fuerza de ilusión, no podía tener más objetivos que los de canalizar nuestras esperanzas en la dirección de un intento cuya esencia ignorábamos aún”.
“El bípedo humano o Mounstruo Dual se define por una existencia desarrollada entre dos actos límites que no entran en su voluntad: un nacimiento y una defunción. De tal modo, el Bípedo Humano ignora su antes y su después de hombre”…
“Según el Existencialismo, el Hombre sería un entre paréntesis abierto a la Nada, o un chorizo existencial encajado a manera de sandwich entre dos rebanadas de Vacío Absoluto”.
“Ante su increíble finitud, el Bípedo Humano concibió un Infinito donde reparar su lamentable naturaleza. El Tiempo y Espacio no existen sin la materia que se instala y dura en ellos, Cuando toda la materia se destruya, el Espacio y el Tiempo volverán a la Nada”.
“Podría suceder que ustedes, arrellanados en sus butacas lujosas permanecieran aún en la ilusión de ser ajenos al drama estelar que acabo de referirles, tal como si asistiesen divertidos a la función mecánica de un planetario. ¡Y no es así!. Porque todos nosotros, aquí y ahora, volamos rumbo a la Nada ya una velocidad de miles de kilómetros por segundo”.
“Bien, lo que me interesa es el Tiempo existencial del Mounstruo Humano: la sucesión temporal que transcurre desde su nacimiento hasta su muerte, y que el Mounstruo Humano deberá cumplir y, sobre todo, calificar. ¿Con qué llena ese tiempo el Mounstruo Humano?. Con las funciones inherentes a su naturaleza de mounstruo. ¿Qué funciones?. Amigos, la respuesta se me dio una vez en mi piragua, frente a las Cosats de Haití, mientras comía un ananá traído por la Corriente del Golfo. La designé con el nombre de Respuesta del Ananá, y dice así: El Mounstruo Humano ha nacido para el Conocimiento y la Expresión. Naturalmente, senores, estas gangas no es consiguen papando satélites en el Observatorio de Córdoba”.
“El Hombre nace para conocer: eso dice la Respuesta del Ananá… Quiero decir que nace para tomar conciencia de un mundo externo y a la vez conciencia de sí mismo; o, con más exactitud, para tomar conciencia de sí mismo en su relación con el mundo de afuera”.
“El Hombre Robot del Anticristo, pese a los cachivaches exteriores con lo que lo adornará el Gran Mono, conservará y aumentará su vacío interior. Será como un número aritmético, desprovisto de cualquier esencia: una simple unidad abstracta que, añadiéndose a otras unidades igualmente vacías, formará el múltiplo imbécil que necesitará el Gran Mono para ser adorado… Robot es el final obligatorio del Hombre descendente: ya desconectado de su principio (el Hacedor), Robot no es más que un fantasma lleno de vistosidades externas. Una ilusión con traje de marinero”…
“El hombre tiene una función central y centralizadora en este mundo… Y los desequilibrios del Hombre inciden el medio cósmico. Si el desequilibrio alcanza el punto tope, la catástrofe se desencadena”…
“El Salmodiante se puso de pie y recorrió el Embudo de la Síntesis con los pasos discretos de la Lógica… He llegado a la siguiente conclusión– me dijo-. La criatura Hombre tiene una realidad inteligible sólo cuando actúan en el tres conciencias en armonía: la conciencia que el Hacedor tiene de su criatura Hombre, la conciencia que la criatura Hombre tiene de su Hacedor, y la conciencia que la criatura Hombre tiene de sí misma. De las tres, la única absoluta y necesaria es la del Hacedor: las otras dos, que atañen a la criatura Hombre son relativas, o existen sólo en relación con la primera. Einstein no calculó esa relatividad”.
“Amaneció para mí el diecisiete de noviembre, víspera del acontecimiento a que nos llevaba la cuenta regresiva del astrofísico según un cómputo inexorable… A la conciencia de un tiempo medido en segundos, unióse aquel día en mí la sensación de un viaje inminente cuyo destino ignoraba, pero que me sugería la tristeza convencional de los adioses. Acostado y sin sueño me sorprendió el alba del dieciocho de noviembre, día fatal, si los hubo. A las veintidós horas en punto el reloj electrónico detuvo su mecanismo. Y el Banquete Fue. Y yo, Lisandro Farías, nacido en la llanura, muerto en Buenos Aires y resucitado en la Cuesta del Agua, doy testimonio de los hechos”…
Epílogo del autor: “Cuando llegó el día ya sabido por él con la luna menguante y en la etapa descendente del sol, Farías tuvo un despertar animoso y lleno de clarividencia… ¿Hay caminos bajo la luna menguante y en la etapa descendente del sol?. ¡Hay caminos!. Y TODO RECOMIENZA. No por nada una fue crucificado alguna vez, aunque sólo haya sido en una cruz pintada con alquitrán, Y Farías cayó muerto sobre las almohadas”.
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Fuente Original Post:
Marechal, Leopoldo, “El Banquete de Severo Arcángelo”. En: Leopoldo Marechal. Obras Completas. Tomo IV: Las Novelas. Buenos Aires. Perfil Libros. 1998.-
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por favor necesito esta novela para la facultad es urgente.muchas gracias a todos
el existencialismo es algo que muchas veces damos por entendido pero como buenos humanos no comprendemos la profundidad de su filosofía, este argentino nos recuerda que no debemos perder nuestra humanidad por nada ni por el supuesto conocimiento que nos da la experiencia o el idealismo.
Buenas reflexiones sobre el aporte y legado del querido Marechal…
Aquileana 🙂
muy buen libro