Roland Barthes:
“La Muerte del Autor” / “La Mort de l’ Auteur” :
______________________________________________________________________________________________
En “La Muerte del Autor”, Barthes critica la concepción romántica del autor, según la cual el creador da forma a la inspiración configurando la obra. Esta idea romántica presupone que el autor ocupa el centro de la obra y el texto es el vehículo del significado que el escritor quiso darle. El papel del lector sería sencillamente el de intentar entender lo que el autor deseó comunicar. La lectura constituiría entonces una actividad pasiva. En “La Muerte del Autor” se presenta una noción de texto como tejido de citas y referencias a innumerables centros de la cultura. El Autor es sólo una localización donde el lenguaje (ecos, repeticiones, intertextualidades) se cruza continuamente. Hay que poner esto en relación con la Metafísica de la presencia, es decir, con el afán por hallar un origen unificado, centralizado, tutelado. En la línea de un Nietzsche que certificó la muerte de Dios, Barthes critica la metafísica de la presencia en el ámbito de la autoría, descentralizando el origen y desvinculando el texto del despotismo de una única autoridad que presuntamente controla el significado. La institución del autor, que durante siglos había regentado un cariz sagrado, pierde ahora su carácter de iniciado capaz de manipular una materia que nadie más puede moldear. La obra literaria se transforma en texto, es decir, en un tejido forjado a partir de la escritura del autor y de la lectura activa de los lectores, que hacen conexiones de sentido sin tener en cuenta la primera intención de significado. Con ello se perfila la idea de que una obra altera su significado a través del tiempo y el texto cobra protagonismo. Mediante la jouissance, el texto establece relaciones lingüísticas dentro de sí circulando libremente sin estar sujeto a ninguna entidad superior. La noción de Texto se enfrenta a la de Libro y devuelve a la literatura escrita el carácter colectivo de la literatura oral: es decir, la obra que se hace a sí misma en la medida en que se entrecruza con la recepción activa. A consecuencia de esto, el crítico —otro lector— deja de ser ese elemento secundario y servil, afanoso descubridor de lo que quiso decir el autor para convertirse en alguien capaz de intervenir decisivamente en el significado de la obra o para desvelar posibles relaciones de sentido escondidos en el texto, como hizo el mismo Barthes. La idea de descifrar un texto para siempre se convierte en una quimera. Eso significaría cerrar el texto, imponerle límites, obstaculizar su propia jouissance. Al morir el Autor, el Lector nace. Barthes se pregunta si escribir es un verbo transitivo o intransitivo esto es, si en realidad algo puede ser escrito, creado con palabras. Nunca puede saberse quién escribe, si el autor o los personajes que de alguna manera le obligan, el individuo o su experiencia personal, la psicología de la época o, en realidad, la propia escritura, por la simple razón de que ponerse a escribir es renunciar a la individualidad e ingresar en lo colectivo. Desde el instante en que cogemos la pluma, escribimos tal como nos han enseñado, con una retórica determinada, con una sintaxis, una gramática y unos tropos ya fijados desde la Antigüedad, con un lenguaje que nos rodea y nos envuelve en un murmullo incesante: un gran almacén de citas y signos de muy diversos centros de la cultura que operan como intertextos. La escritura impone una tradición y unas leyes que el autor debe aceptar; su contribución es mínima. Barthes sostiene que la escritura es ese lugar neutro, compuesto, oblicuo, al que va a parar nuestro sujeto, el blanco y negro donde acaba por perderse toda identidad, comenzando por la propia identidad del cuerpo que escribe. Nos recuerda también que el Autor es un personaje moderno, producido indudablemente por nuestra sociedad, en la medida en que ésta, al salir del Medievo, descubre el prestigio del individuo. En suma, el autor sólo habla el idioma; la unidad del texto no está en sus orígenes sino en su destinatario, que organiza esa masa de signos imponiéndoles un sentido: es en el lector donde la obra se cumple.-
_________________________________________________________________________________________________
Roland Barthes (1915/1980).-
_____________________________________________________________________________________________
Roland Barthes Dixit:
“Un texte n’est pas fait d’une ligne de mots, dégageant un sens unique, en quelque sorte théologique (qui serait le ‘message’ de l’Auteur-Dieu), mais un espace à dimensions multiples, où se marient et se contestant des écritures variées, dont aucune n’est originelle: le texte est un tissue de citations, issues des mille foyers de la culture”.
“L’écriture est la destruction de toute voix, de toute origine”.
“La naissance du lecteur doit se payer de la mort de l’Auteur”.
_________________________________________________________________________________________
____________________________________________________________________________________________
_______________________________________________________________________________________________
Links Post:
http://www.ucm.es/info/especulo/numero26/crisisau.html
http://www.ttnmc.com/index2.php?option=com_content&do_pdf=1&id=1264
http://emeire.wordpress.com/2011/02/26/la-mort-de-lauteurthe-death-of-the-author-by-roland-barthes
__________________________________________________________________________________________________
___________________________________________________________________________________________________
(“Je Vois Le Langage”. Par Roland Barthes).-
______________________________________________________________________________________
______________________________________________________________________________________
Lisandro Aristimuño: “Azúcar del Estero”:
________________________________________________________________________________________
Lisandro Aristimuño: “Canción De Amor”:
_______________________________________________________________________________________________
En verdad, querida amiga, seré curiosamente breve. Me alegro del tema. Barthes me parece admirable. Y lo leo com enorme placer. Creo que Barthes por Barthes es un libro que parecería contradecir eso de la muerte del autor. Pero debo ser breve y eso tiene relación con 75 años. Dentro de un rato, para lo cual he debido levantarme temprano, vienen a hacerme una entrevista ya que de algunos hechos parezco ser el último testigo. No sé si es divertido o triste. Simplemente es, tal vez un tanto bittersweet (que en realidad no sé cómo se escribe). Un abrazo. Gary Vila Ortiz. Rosario
Gary;
Ser el último testigo es un privilegio y no lo digo por la mera cuestión cuantitativo/temporal; sino por el valor cualitativo de la impronta mnémica de tu paso por la vida, que permite a los que no hemos asistido a determinados hechos verlos converger en un actual ahora desde tu inconmensurable perspectiva.
Un abrazo;
Aquileana 🙂
Me sorprendió la muerte soñando con ella.
Pedemonte, la saludo desde el nor-este espagnol.
Sueño con Serpientes….
Aquileana 😉
Aquileana 8)
(Tweets!!!)…
Sueño, luego Existo, Enma, my Dear…
Yo personalmente deseo que la Muerte me atrape viviendo, nothing else…
Un abrazo; Aquileana ,)
Estimada Aquileana:
He visto que por esas maravillas de la comunicación virtual ha usted utilizado una de las imágenes del blog de nuestra cátedra .
Me resulta tan sugestivo como misterioso que la pregnancia de clavos e hilos, materializando trazas o senderos posibles en el Delta del Paraná, sean pertinentes para ilustrar a Barthes….
Se me ha ocurrido, dejándome llevar por la imaginación, que tal vez la referida pertenencia se refiera a lo aparente ineludibilidad de la traza, conjugada – no obstante- con tantas variaciones…
Al final, como dice el gran Manrique, nuestras vidas son los ríos que van a dar a la mar, que es el morir.
Cada traza es un camino, cada camino es un hilo-vida y cada una de las vidas pende de un hilo.
Y así, prafraseando el final del artículo, “Es en el lector donde la obra se cumple”: Es en el “vivientes” donde la vida se plenifica.
Fuerte abrazo
Marcelo.
Me gusta que hayas reconocido la consonancia del imago deltaico…
Fotos, remisiones paisajísiticas…La vida y todo su infinito plexo de fenómenos que aparecen y develan ante nuestras consciencias son, en definitiva, la ejecución omnipresente de la Magna Obra, el Mundo…
La Muerte es un Destino, quizás sea por eso que le tememos tanto o aún más a su presencia; que a la posibilidad de decir una nueva palabra , que la conjure y destierre.
Phanta Rei (Todo es Uno), Marcelo, querido…
(Es una Confidencia que te hago, no la difundas)…
Un Abrazo; Aquileana 8)
PD: Esa frase final que citabas primero y comentabas luego: “Es en el lector donde la obra se cumple”: Es en el “vivientes” donde la vida se plenifica; puede haber sido una de las premisas que posiblemente haya usado el gran Luigi Pirandello en “Seis Personajes en Busca de Un autor”…
Letra de “Azúcar del Estero”. (Lisandro Aristimuño):
No sos tan gris,
es que todo se volvió gris,
cerraron la puerta del sendero,
perdieron la gracia del cartero.
Antes eras una flor,
pintabas el cielo de amor,
ahora que no tenes mas vuelo,
quedaste tan sola, te vencieron.
Una nube va sin fin
trepando por el verde jardín,
dejá que te envuelva el pensamiento,
volvé a besar tus sentimientos.
In the night just follow me,
just follow me, just follow me.
In the night give me your soul,
I keep it warm beneath my feet.
No te dejes más vencer,
al alma hay que darle de comer,
un poco de azúcar del estero,
un poco de risa y caramelos.
In the night just follow me,
just fall in love, just fall in love.
In the night give me your soul,
I keep it warm beneath my feet.
No sos tan gris,
es que todo se volvió gris,
cerraron la puerta del sendero,
perdieron la gracia del cartero.
No te dejes mas vencer,
al alma hay que darle de comer,
un poco de azucar del estero,
un poco de risa y caramelos.
No te dejes más vencer,
al alma hay que darle de comer,
un poco de azúcar del estero,
un poco de risa y caramelos.
Aquileana 😉
aveces lo que alimenta la energía es el superar el trazo negro reconociendo su faz.
somos …somos…..
La paloma
Siempre el azor quiere destruir a la paloma.
Herida de muerte
sobrevuela el mundo.
último intento
Para comprender su vida
Transita la cotidianidad de sus días.
Solo le queda:
el viento, que aplaca su desdicha.
Y la ilusión de advertir su vida.
El sol
Acaricia su pecho
Sumiéndola en su pequeño sueño
Poco a poco.
Se acerca a tierra
Tomando las riendas
De su corto destino.
Se vencen sus ojos,
con el ensueño.
Recuesta su cabeza.
Sobre tierna tierra
Ahora ve la luz
Que le hace crecer
Ya no és.
El sueño y realidad
Le adormece.
La luz se rehunde en ella.
Su corazón se enfría.
Una sonrisa placida
Es el rastro perdido
De la vida
hola, si ….hay alguien ahí?
Sí, luego de un sostenido recato, jé…
Saludos, Aquileana 8)
[…] La Muerte del Autor en La audacia de Aquiles […]