José Donoso: “El Lugar sin Límites”:
Reseña:
“El Infierno no tiene límites, ni queda circunscrito a un solo lugar, porque el Infierno es aquí donde estamos y aquí donde es el Infierno tenemos que permanecer”. (Ibd. Epígrafe de “El Lugar sin Límites, de José Donoso. Op. Marlowe. Doctor Fausto).-
“Las cosas que terminan dan paz y las cosas que no cambian comienzan a concluirse, están siempre concluyéndose. Lo terrible es la Esperanza”. I(bd. “El Lugar sin Límites, de José Donoso).-
La historia de Donoso se centra en la Manuela, una travesti que es dueña de un prostíbulo en el pequeño pueblo conocido como Estación El Olivo, ubicado en las cercanías de la ciudad de Talca, y también en su hija, conocida como la Japonesita. La novela de José Donoso nos sumerge en la reflexión sobre lo humano, descubriendo que en el corazón de éste, lejos de existir unidad o sentido, existen problemas, mundos disueltos y por disolverse. El lugar sin límites es la historia de la misma historia o la historia contada por ella misma. Entonces, ella misma es el lugar ilimitado. Sólo habrá límites para quienes quieran escapar a los límites que la misma historia posee, o sea, lo ilimitado. Pues, existirán límites para los hombres, como los personajes aquí nombrados, que quieran escapar a su propia historia. El lugar de la historia es el lugar de cada uno con respecto a sí mismo. El lugar sin límites es una historia: la historia de un pueblo, la historia de los personajes que en ella misma circulan. El lugar sin límites es la historia de la misma historia. Pues ella es el propio pasado de cada uno de los que viven en la Estación El Olivo y que no logran reconciliarse ni redimirse con ningún futuro. La Estación El Olivo es el lugar donde transcurre la obra. El Olivo es lo opuesto a la ciudad o a su referente más cercano, que es Talca. Esta última goza de crecer en el progreso tan añorado por quienes, de algún modo, han vivido bajo los crueles embates de la pobreza. Si Talca significa mirar el progreso de la modernidad, El Olivo es el olvido de la misma, es mirar de regreso todas las acciones que se inscriben en el mundo premoderno. Si alguna vez El Olivo estuvo en los planes de algún senador o diputado, para convertirlo en un pueblo donde la esperanza de los habitantes por un mundo mejor fuera la clave del propio progreso, no se consiguió; el poder de quienes lo ejercían pudo más en su contra que a favor. La Estación ahora es un miserable caserío del Chile central, de hombres que han perdido la esperanza y que, por lo mismo, viven en permanentes derrotas y sin posibilidad de cambios. El pueblo entero, está sepultado como por un otoño de densas hojas secas que cubren poco a poco cada una de sus casas. El lugar de descentramiento por excelencia de la Estación El Olivo es el prostíbulo. Recuperar toda la significatividad del lugar es la justificación de este centro, donde los hombres llegan a liberar todas sus frustraciones y represiones vividas. La historia que identifica a cada uno de los personajes en El lugar sin límites no dista del mismo relato que describe a la Estación El Olivo. Desgarros, tristezas y contradicciones son las características que rodean las ruinosas vidas de don Alejandro Cruz, Pancho Vega, la Japonesa, su hija la Japonesita y la Manuela, quienes dan vida a este particular lugar sin límites. Don Alejandro Cruz o don Alejo es el senador de la región. Don Alejo es quien representa el poder, la oligarquía en la Estación El Olivo. Don Alejandro más que un dios es un demonio o, mejor dicho, un demonio disfrazado de dios, un dios transgredido. La relación de dependencia hacia don Alejandro y la ruptura de ésta era la tensión vital que sufría Pancho Vega. Su infancia estuvo a cargo de don Alejandro Cruz y su familia, quienes le apoyaron en la educación y formación. Pancho Vega jamás podrá romper su dependencia. La rabia de cargar con una antigua deuda a don Alejo lo lleva a cometer actos impulsivos, llenos de dolor, angustia y amargura. La dependencia de Pancho es algo insalvable, a no ser por la aparición de la Manuela, quien es vista por el mismo Pancho como un elemento de salvación. la mejor representación de la novela o de la historia de El lugar sin límites es la Manuela. Desde un afuera, llega este personaje para insertarse en la vida de El Olivo. La Manuela con un pasado no resuelto, con un origen perdido, con una historia que la hace arrancar del látigo paterno, para esconderse y refugiarse en otro látigo, el de don Alejandro Cruz, quien, abusando de su excentricidad, la hace víctima de sus sórdidos placeres. Como la mayoría del pueblo, la Manuela también establece relaciones de dependencia con don Alejo. Para ella, el terrateniente es quien puede protegerla de los hombres del lugar que quieren hacerle daño, es la única esperanza de convertirse en estrella. La tensión vital entre lo que se es y lo que no se es gira en torno a la Manuela, como quizás gira en torno a todos los habitantes de El Olivo y del pueblo mismo. La desorientación radical no es la tónica de la obra en cuanto historia, sino en cuanto cada personaje debe asumir su historia. Por citar el más alusivo de los ejemplos, es la propia condición homosexual de la Manuela traiciona toda posibilidad de partir. Al intentar besar a Pancho, éste reacciona con violencia negándole. ese tipo conductas, más aún estando su cuñado de por medio. La Manuela se descubre como el que es: Manuel González Astica.
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Frases de “El Lugar sin Límites”:
“La casa se estaba sumiendo. Un día se dieron cuenta de que la tierra de la vereda ya no estaba al mismo nivel que el piso del salón, sino que más lato… Con los años, quién sabe cómo y casi imperceptiblemente, la acera siguió subiendo de nivel mientras el piso del salón, tal vez de tanto rociarlo y apisonarlo para que sirviera para el baile, siguió bajando”.
“Nadie, ni un alma. Claro. Domingo. Los álamos se agitaron. Si el viento arreciaba, el pueblo entero quedaría invadido por las hojas amarillas durante una semana, por lo menos”…
“El humo azul prendiéndose en un claro cariado, arrástrándose como un gato pegado a los muros de adobe, enrollándose en los muñones de las paredes derruidas y cubiertas de pasto… Una bocacalle. Los pies metidos en el barro de una poza de la calzada. Unos bigotes blancos, una manta de vicuña, unos ojos azulinos como bajo el ala del sombrero… detrás de los cuatro perros negros alineados… retrocedió”
“Lo único que le debía era que aprendió a manejar. Le faltaban varias cuotas para saldar su deuda… Tal vez otro barrio, y después todo lo que quisisera, la libertad, el sólo, sin tener que rendirle cuentas a nadie”…
“El Olivo no es más que un desorden de casas ruinosas sitiado por la geometría de las viñas… No sabé qué hora es, pero esos perros endemoniados siguen ladrando allá en la viña”…
“Eran las cinco. Faltaban tres horas para la comida. Tres horas y ya estaba oscuro. Tres horas para que comenzara la noche y el trabajo”.
“Su propia imagen se borroneaba como si le hubiera caído encima una gota de agua y él entonces se perdía de vista… Y no quedaba nada, esta pena, esta incapacidad, nada más, este gran borrrón de agua en que naufraga”.
“Todos los objetos, hasta el más insignificante, adquirieron volúmenes, lanzando sombras precisas sobre el agua, que ya se consumía bajo el cielo overo”…
“El parque estaba callado, pero vivo, y el silencio que dejaron sus voces se fue recamando en ruidos casi imperceptibles”…
“Tomó el picaporte. Con la otra mano, se puso el sombrero y apagó su rostro… Cuando por fin abrió la puerta y entró el aire con la bocanada de estrellas y volvió a cerrarla… Ella y el pueblo entero quedaron en tinieblas”.
“Qué importaba que todo se viniera abajo, daba lo mismo con tal de que ella no tuviera necesidad de moverse ni de cambiar… No quedaba ni una esperanza que pudiera dolerle, eliminado también el miedo. Todo iba a continuar así como ahora, como antes, como siempre”.
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Fuente Post: Donoso, José. “El Lugar sin Límites”. Barcelona. Bruguera. 1981.-
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José Donoso Yáñez (1924/1996).-
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Un Grande Donoso. Gracias
Gracias a vos por pasar, Jorge…
Saludos, Aquileana 🙂
No mencionas la película de Arturo Ripstein. Leyendo el argumento creí recordarla y después de comprobarlo, en efecto, está basada en la obra de Donoso.
Cap;
No la menciono porque no estaba al tanto de la misma… Tendré que verla, pues…
Saludos, Aquileana 🙂
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Gracias por el pingback del Ilimitado Donoso;
Aquileana 😉
gracias por el aporte , en lo particular no soy un gran lector, pero trato de hacerle empeño xP.
y aportes como estos ayudan mucho 🙂